Llevaba casi 6 meses trabajando para la señora Foxxy que era una mujer latina con mucho dinero que me pagaba para arreglar su jardín. Desde que entre a laborar a su casa sentí una cierta tensión sexual con ella, pero pensaba que solo era idea mía, pues la doña estaba casada con un importante empresario, aunque él se la pasaba de viaje para atender sus negocios y dejaba su hermosa esposa sola.
Había acabado de poder los arboles de enfrente cuando mi jefa me llamó, yo deje las tijeras y entré a la casa, estando ahí me pidió que me sentará en el sofá, lo cual hice. Ella comenzó diciendo que me consideraba un chico muy trabajador, responsable, etc. Yo pensé que me daría un aumento o algún bono por estarme elogiando tanto, pero entonces saco unos billetes de 100 dólares doblados y me dijo que jamás había estado con un hombre negro y que se sentía muy sola. Fue entonces que me di cuenta para donde iba, hasta que me preguntó que si aceptaba dinero por meterle una follada con mi gran pene. La verdad lo hubiera hecho gratis, pero tome el dinero y me la cogí en el sillón que recientemente había comprado su marido.